jueves, 25 de octubre de 2012

Cuando me olvidé de mi

Dos mariposas blancas bailaron alrededor de mi durante varios minutos. Segundos antes yo goteaba bajo el sol plantada frente a una vulcanizadora. Un señor de cara larga arreglaba mi llanta desinflada por alguna fea persona. Y mientras ellas revoloteaban alrededor, y yo giraba atraída por ellas, me olvidé de mi.
Allahu Akbar.

lunes, 15 de octubre de 2012

Te amo cuando te suelto. Tu y yo, así, dos, cada uno, solos, recordándonos, olvidándonos, felices extrañandonos.

El amor es un sentimiento. Lo demás es un contrato de intercambio.


viernes, 12 de octubre de 2012

Un poco de nostalgia desconocida

¿Cómo es que te extraño si nunca te he tenido? Apenas te conozco.
Desconozco la parte de ti que me hace suspirar, y aun así eres el sujeto
de mi desvelo. Estas tan fuertemente presente. Pero nunca has estado,
no existes en mi vida y eres más real que el pasar de mis días.
No quiero conocerte. Después tal vez quiera olvidarte, cuando tu te hayas ido
y me hayas olvidado. Que quede el recuerdo de un perfume
o una triste, conveniente resignación.
Sueño que te quedas, yo me quedo,
y nos esfumamos. Ya nos perdimos. Ya te tengo nostalgia.
Ya te quiero. Déjame darte todo lo que te tengo.
Ya no me cabe. Llévatelo.

miércoles, 10 de octubre de 2012

A imagen y semejanza

Pienso que convivir con el otro nos regala los más grandes aprendizajes. Dios tuvo que dividirse en miles de pedacitos para probarse a sí mismo.

jueves, 4 de octubre de 2012

Y nada.

Pude sentir la vida solo dos veces cuando era una niña. Ocurrió mientras me imaginaba que era un mono prehistórico, y admiraba perpleja el cemento, las llantas sobre el pavimento, los cables en el cielo, mi nariz pegada al vidrio y el vaaaaaaaho. Ese calorcito húmedo en mis mejillas y los edificios corriendo frente a mi no podían ser reales. Después de un segundo todo volvía a ser normal. La reali
dad era otra vez un hecho.

Trato de volver a sentirlo. Me quedo viendo por largo tiempo una llanta girar, los cables de la luz abriendose paso entre las ramas de un arbol, la computadora postrada en un escritorio de metal... Y sigo intentando, buscando que esto, aunque sea solo por un segundo, sea otra vez nuevo y ajeno.