jueves, 14 de marzo de 2013

Yo soy la montaña a la que me fui a pensar. La punta, la sombra, el pensamiento y la que lo piensa también. El reto esta adentro. El corazón no tiene problemas, el sabe. Yo lo sigo.

sábado, 9 de marzo de 2013

Quisiera oler de nuevo esos buenos aires. Por treinta segundos bailamos un triste tango. Y casi todo ese tramo en taxi fue en silencio. Nos íbamos de lado por el alcohol, y estábamos tristes. Esa marchita caricia, los besos bruscos, ya eran historia.

 

Así nos dirigimos al hotel juntos. Al despertar buscamos la mañana en la boca. Agridulces tres horas caminando sin rumbo. Dos o tres palabras aventadas tan fuerte sin que ninguno las cachara, volteando la mirada.  

Al final balbuceamos insignificancias mientras nos separábamos. La melancolía fue mi bandera. 

Muchos sueños después sigo recordando esos aires como los más bellos. Y sigo soñando que me golpean de pronto para esta vez quedarse.

viernes, 1 de marzo de 2013

Guardo amores invisibles, fluorescentes, inflamables. Saben a sal, a brama, a humo. Aunque los encierre los escucho jadear detrás de mi. Lamo en mis labios la sal que me dejaron.

Son amores que respiro y que abrazo. Tiemblan como el agua y me raspan como piedras. Sus grandes órbitas siguiéndome clavan el desdén de su silencio.

Hoy sacaré al más terrible de todos ellos y lo asfixiare con la sed que me dejó en el cuello. Su saliva de sal no puedo beber, me deja con el sudor encima, goteando bajo su sol, después de bailarme la piel la insoportable tarde. Tampoco puedo olvidarlo y por eso lo guardo, así asfixiado, mojado, entre pétalos en la entrepierna. Camino con el, respiramos juntos. Late.