miércoles, 4 de septiembre de 2013

Me acabo de percatar que llevo toda la vida deseando cosas que nunca quise de verdad. Más bien quería ser como los demás. Pensé que como ellos, yo también debía trabajar para conseguir las cosas que te hacen exitoso. Cuando alcanzaba esas cosas me sentía caminando en los zapatos más bellos e incómodos del mundo. Me sentí mediocre por no desear esas cosas tanto como los demás. Hoy entiendo que mis aspiraciones son otras. El éxito es una simple estadística. En cambio la felicidad, la plenitud y la paz es lo único valioso. Lo mío son los huaraches, y me hace más plena de lo que nunca antes fui.