Con cada respiración voy entendiendolo todo.
Nada importa.
Más dura que una roca.
Más fria que un pedazo de hielo
que quema si se contiene.
Burbujas de jabon
truenan y desaparecen.
Incertidumbre y frio.
Un hilo que me jala hacia dentro
de repente.
Mi cabeza palpita
un gritito sordo.
El miedo
escondido en las faldas de su mami.
Y las ideas. Todas mias. Esas sombras de nada.
Es esta nada vestida de seda
que cuido y admiro
y no me cubre del frio.
Respiro. Nada. No hay nada.
Y si permito que duela
es cuando miro, la luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario