En los segundos más despiertos de mi vida,
el azar se divierte cortándome en pedazos.
Partida en dos, estoy mutilada y desmembrada.
Me escupieron y acuchillaron.
Perdí mis brazos y mis pies.
Perdí mis ojos.
Mi lengua.
Fui aplastada por iglesias como ruinas.
El cielo se cayo, y la vida se volteo.
Pero no me mataron, ya estaba muerta.
Después de morir dos veces
solo queda la sangre y la saliva,
hinchadas por la vida.
Llamando al corazón, sigo latiendo.
Me desbordo en mar. Sangro el amor.
Me ahogo en sueños.
Y aunque dios no exista,
puedo hablarle si yo quiero.
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