sábado, 9 de marzo de 2013

Quisiera oler de nuevo esos buenos aires. Por treinta segundos bailamos un triste tango. Y casi todo ese tramo en taxi fue en silencio. Nos íbamos de lado por el alcohol, y estábamos tristes. Esa marchita caricia, los besos bruscos, ya eran historia.

 

Así nos dirigimos al hotel juntos. Al despertar buscamos la mañana en la boca. Agridulces tres horas caminando sin rumbo. Dos o tres palabras aventadas tan fuerte sin que ninguno las cachara, volteando la mirada.  

Al final balbuceamos insignificancias mientras nos separábamos. La melancolía fue mi bandera. 

Muchos sueños después sigo recordando esos aires como los más bellos. Y sigo soñando que me golpean de pronto para esta vez quedarse.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Thanks for finally writing about > Sin título < Loved it!

my site; rception